Por: Yezid García
Secretario General (E) del PTC
Después de oir las declaraciones agresivas, guerreristas, imperialistas, de los halcones de la Casa Blanca Mike Pence (Vicepresidente), Michel Pompeo (Secretario de Estado) y John Bolton (Asesor de Seguridad Nacional), queda claro que a ellos y a Trump les importa un bledo la suerte de Venezuela y su pueblo. Lo que realmente les importa es readquirir el control de los recursos naturales del hermano país, especialmente del petróleo. A esa aventura intervencionista gringa le sirven como títeres el recreacionista Duque, el Fiscal corrupto y, en general, el uribismo. Si los medios siguen contribuyendo, por su falta de objetividad, a la confusión de la opinión pública, Colombia puede terminar vinculada a un conflicto internacional de consecuencias impredecibles.
Muy grave que en una libreta de apuntes dejada intencionalmente a la vista de periodistas que cubrían una rueda de prensa de John Bolton, asesor de seguridad nacional de los Estados Unidos, se lea "5.000 tropas a Colombia". Mucho más grave que esa rueda de prensa tuviera como propósito anunciar nuevas medidas contra el gobierno de Venezuela. Gravísimo que el canciller colombiano diga en una declaración que el gobierno colombiano no sabe de que se trata y no tiene explicación que dar. Es muy preocupante este hecho que coincide con la visita a Bogotá del general norteamericano Mark Stammer, jefe del Comando Sur de Estados unidos. Sí Colombia no reacciona acabará metida en una confrontación bélica, ajena y estúpida, en la cual será la mayor perjudicada. En manos de este recreacionista que ejerce de presidente cualquier desgracia nos puede sobrevenir.
Dicen los medios que Venezuela tiene dos presidentes. En ese caso serían cuatro, hay que sumar las pretensiones de Trum y Duque. Y dos vicepresidentas, porque la bruja malvada, Martha Lucía, no saca las manos, ni los bolsillos, de Venezuela.
Marta Lucía Ramírez tiene derecho a lamentar la muerte de un joven venezolano, pero la vicepresidente de Colombia no puede abstenerse de ofrecer solidaridad y condenar el asesinato de 118 líderes sociales en su Gobierno. ¡Su mezquindad no tiene límites!