Por: Mauricio Vargas González.
A nombre del Marxismo y de la Izquierda se han cometido las peores aberraciones en el país.
Hablo de la lucha armada, del terrorismo, el secuestro y de los discursos del odio. Decía Francisco Mosquera que el foquismo, la guerrilla, la combinación de las formas de lucha y todas esa “teorías” y prácticas que legitimaban y fundamentaban la violencia obedecían más a una “táctica terrorista” que a una política popular, usada entre otras cosas por las élites liberales y conservadoras desde la Independencia hasta mediados del siglo XX y por el Uribismo ya en el siglo XXI.
El maoísmo planteó que el sentido de la política es “servir al pueblo”, ese es el verdadero sentido de una revolución democrática que requiere Colombia. Esa concepción pequeño-burguesa “infantil y rígida” propia de “políticos astutos y clérigos piadosos” ha traído tremendos sufrimientos al pueblo explotado y ha estimulado que la mafia, los terratenientes y la extrema-derecha impulsaran la creación de las autodefensas, las convivir y todo tipo de organizaciones sicariales para exterminar los líderes sociales.
Quien ve al indigente, al indígena desterrado, al niño violado, a la adolescente prostituida y en general a todos los humillados de este país -que es uno de los más desiguales el mundo- y piensa en violencia, es porque le hace falta “descalzarse” y ponerse al servicio de los que sufren, pues quien se sacrifica y lucha de verdad, no le queda tiempo para esas elucubraciones fantasiosas que tanto daño le han causado a los campesinos y masas urbanas empobrecidas de las ciudades.
Martin Luther King planteó la NO-VIOLENCIA en uno de los países más violentos del mundo, donde el racismo se combina con el interés de la Asociación Nacional del Rifle de otorgarle armas a la población para engrosar sus altas ganancias. Fue él y el movimiento pacifista afroamericano y no los promotores del odio como Malcolm X o como “Las Panteras Negras” quienes dignificaron a los afrodescendientes al interior de este imperio bárbaro y criminal, quienes los empoderaron y quienes conquistaron la ciudadanía.
Así mismo Gandhi en la India asumió la NO-VIOLENCIA como el espíritu de un gran movimiento popular que logró sobre la base de la resistencia civil, la no-cooperación y de la “fuerza de la verdad”, la independencia del Imperio Británico. Hoy se muestran ante la humanidad como uno de los países con mayor diversidad religiosa.
Por eso nuestra apuesta ha sido la “Cátedra por la Paz”, bajo el presupuesto que si enseñamos a las nuevas generaciones los valores de la PAZ, la convivencia, la tolerancia y la NO-VIOLENCIA, podremos tener un futuro menos miserable y menos macabro donde los colombianos dejemos de matarnos.