Cada año, por esta misma fecha, el cielo del Valle de Aburrá recibe a cientos de miles de visitantes emplumados. El espectáculo emociona a los ornitólogos y amantes de las aves, pero también a los paisas de a pie que los ven volar perfectamente coordinados, como si estuvieran danzando para sus espectadores.
Los forasteros son aves que viven en el norte del continente americano y llegan a Colombia y otros países del Sudamérica huyendo de los vientos helados del invierno. Por Medellín pasan entre el 20 y 30 de octubre en bandadas de a miles, formando nubarrones que vuelan a baja altura; muchas se quedan a pasar la temporada y otras siguen la ruta hacia el sur.
Son, básicamente, dos grupos: los Buteo platypterus o gavilanes de alas anchas, que viven en el este de los Estados Unidos, y los Buteo swainsonni o gavilanes de swainson, que habitan la zona oeste de ese mismo país.
Además, otros pájaros gringos viajan con los gavilanes “de pegados”: el Pandion haliaetus o águila pescadora, el Falco peregrinus o halcón peregrino, el Cathartes aura o guala y el Elenoides forticatus o gavilán tijereta.
Las aves parten de las montañas de Estados Unidos cuando empieza el invierno, porque escasea la comida que sí pueden encontrar en la región tropical de América, un hábitat mucho más cómoda para ellos en esta epoca.