Leon Valencia

NI MARTÍNEZ NI DUQUE ENTIENDEN QUE HAY UN PAÍS DISTINTO

Por: León Valencia

Ni el presidente Duque, ni el fiscal saliente Néstor Humberto Martínez, ni algunos sectores de la justicia de los Estados Unidos han entendido que el país ha cambiado y por eso han tomado decisiones y han hecho discursos como si estuviéramos en los tiempos de Pablo Escobar, o en los años de la dura confrontación con las Farc.

Han tratado a Jesús Santrich como si fuera el jefe de un cartel de las drogas y le han dado a Marlon Marín el estatus de un agente infiltrado capaz de incubar con pruebas fehacientes un jugoso proceso judicial. Están actuando frente a la JEP como si fuera un tribunal ordinario, no un conjunto de juristas con acendradas convicciones de protección de los derechos humanos que están ante una misión extraordinaria derivada de un acuerdo de paz.

Están prohijando acciones de las fuerzas militares frente a líderes sociales o a personas vinculadas a la paz, como en los tiempos del ascenso subversivo de las guerrillas donde resultaba fácil acusarlos de complicidad con estas fuerzas. Están invocando la guerra contra las drogas, como en el tiempo en el cual las organizaciones de narcotraficantes le plantaron un desafío de muerte a las instituciones del país y a los Estados Unidos y no era difícil convocar la solidaridad nacional para enfrentarlas.

Señores, se firmó la paz con las Farc, entiendan eso. Señores, una parte de las élites del país quieren dejar atrás la guerra y la narcotización de las relaciones exteriores y construir otra agenda para la Colombia del siglo XXI. Señores, la izquierda salió de la marginalidad política y entró a disputar la presidencia y tiene ahora una importante bancada parlamentaria, capaz de llegar a acuerdos con esas élites políticas que quieren cambios en la vida nacional. Esa es una nueva realidad que exige unos comportamientos distintos de los altos funcionarios públicos.

El posconflicto está en una incertidumbre muy grande

Entrevista a Leon Valencia

¿Cómo califica la actuación del Congreso de la República durante el período del Fast Track?

El congreso le falló al país, porque no legisló en la manera en como lo debía hacer, tanto en número como en calidad. Las iniciativas de la paz eran 24 al iniciar el Fast Track y únicamente produjo diez al finalizar el período. Se quedó más de la mitad de los proyectos en el camino. Los argumentos de quienes sabotearon la implementación, es de que estos eran en beneficio de las Farc, argumento bastante absurdo porque son temas que el país requiere.

¿Cómo califica el liderazgo del presidente Santos durante el período del Fast Track?

El presidente Santos no ha sido un buen líder, no es su característica. Es una persona bastante hábil para sortear dificultades, pero en este caso le falló además del liderazgo que es poco, la estrategia política. Otro tema que es bueno tener en cuenta es el interés de los congresistas, quienes a la hora de votar, condicionan el apoyo a un favor cambio. Estamos finalizando el Gobierno y ya no hay nada por repartir, situación que empeora las cosas.

Uribe: seis campañas, seis escándalos

Por: León Valencia



Escribo esta columna solo porque el senador Uribe ha anunciado que presentará una ley contra la corrupción y líderes afines a su pensamiento han anunciado una marcha nacional contra el fenómeno el primero de abril. Solo por eso. Por la gran ironía de estos anuncios. Por la enorme paradoja que representan. No es agradable, no es novedosa, no creo que esto le importe a mucha gente.



Pero no pude espantar las imágenes de las seis campañas nacionales en las que, a lo largo de 15 años, ha sido Uribe el personaje determinante y en ellas se han presentado, uno tras otro, grandes escándalos de corrupción y de interferencia de fuerzas ilegales. Con Uribe las campañas presidenciales y las consultas populares descendieron a los infiernos.



No voy a cometer el abuso de decir que Uribe ha sido el único que por acción o por omisión ha permitido la captura de las campañas por empresas privadas legales o por ominosas fuerzas ilegales. Eso se convirtió en el pan de cada día en las competencias electorales desde los años ochenta y el caso más sonado fue el de Ernesto Samper en los años noventa. Pero con Uribe estas prácticas llegaron a su apogeo e infectaron todo el tejido democrático.



El país recibió con asombro el triunfo arrollador de Álvaro Uribe Vélez en la primera vuelta presidencial en la campaña de 2002. Había tenido un ascenso meteórico en las encuestas entre marzo y mayo, pero aun así nadie esperaba que dejara regados a sus rivales y liquidara la competencia antes de la segunda vuelta.

100 días del acuerdo de paz

Por: León Valencia



La mano artera de las fuerzas que se oponen al acuerdo es evidente. La respuesta del gobierno también es la misma a la de hace 30 años. El ministro de Defensa, repite una y otra vez que no hay nada sistemático en los asesinatos.



En la Fundación Paz y Reconciliación le hicimos un seguimiento paso a paso a lo que ocurrió en los primeros 100 días del acuerdo de paz. El balance es dulce, muy dulce, en puntos esenciales como el respeto de la fuerza pública y la guerrilla al cese bilateral y definitivo de las hostilidades; la concentración de las Farc y el inicio del desarme; la disminución ostensible de las confrontaciones bélicas, los homicidios, los secuestros y los desplazamientos forzados; también por los mensajes de reconciliación que empiezan a florecer en todo el país.



Pero es agrio, muy agrio, por el incumplimiento del gobierno en la adecuación oportuna de las zonas veredales de transición y normalización; la creciente ocupación de los territorios donde operaban las Farc por otras fuerzas ilegales y la persistencia de los cultivos ilícitos en esos lugares; el asesinato de 29 líderes sociales ligados a la paz y la ocurrencia de 116 amenazas; los ires y venires que se presentaron en la salida de los menores de edad de las filas guerrilleras; las disidencias o deserciones que se han presentado en algunas zonas; la lentitud y las controversias con las que el gobierno y el Congreso están tramitando las leyes y decretos que pondrán en marcha el pacto suscrito en el Teatro Colón; la solapada estrategia del uribismo contra los acuerdos; y la indiferencia de una parte de la sociedad ante la terminación de una dolorosa guerra que duró 52 años.

El asesinato de Yuliana, fermento del resentimiento social

Por: León Valencia



Un castigo pronto y ejemplar y la promoción de la censura social a la prepotencia, al machismo, al abuso de quienes ostentan dinero son más eficaces que la palabrería sobre cadena perpetua o castración que se desata para esconder el rabo de paja de la sociedad.



¡Ojo! Actitudes como las que vivimos en la violación, la tortura y el asesinato de la niña Yuliana Samboní son el fermento de críticas incontrolables a las elites y de graves confrontaciones sociales. Son también un pésimo ejemplo para toda la sociedad. Un hombre de apellidos sonoros, educado en los principales centros educativos del país, perteneciente a un exclusivo círculo de Bogotá, a plena luz del día comete un crimen horrendo y desata una insospechada ola de indignación.



Como lo demostraron las primeras investigaciones, las acciones de Rafael Uribe Noguera no fueron locuras del momento, arrebatos, impulsos incontrolables en medio de un delirio, fueron actos calculados. Tampoco tuvieron este signo las labores de encubrimiento realizadas por su familia y el silencio sobre el nombre del agresor que en principio guardaron algunos importantes medios de comunicación.

Las paradojas colombianas

Por: León Valencia.



Dije que ahora todo dependía de que las fuerzas militares y la policía mantuvieran su fidelidad a Santos, la comunidad internacional su apoyo y las movilizaciones populares su presencia



Estaba invitado primero a Washington y luego a Madrid, a partir del martes 4 de octubre, para hablar del posconflicto que arrancaba con la firma y la refrendación del acuerdo; y de repente ocurre que gana el No en el plebiscito y quienes me invitaban, agentes del gobierno, del Congreso, de los empresarios y de las organizaciones no gubernamentales, deciden mantener las reuniones y cambiar el libreto, para buscar una explicación de la derrota del Sí y aventurar un futuro inmediato de la paz. En medio del desconcierto se me ocurrió presentar la situación del país como un cúmulo de paradojas.

Subscribe to RSS - Leon Valencia