ENS, ‘think tank’ laboral

Hace treinta años se mantenía la división heredada de la Guerra Fría, y el sindicalismo no era extraño a la polarización mundial, alinderado ideológicamente, incluso adscrito a los partidos políticos. Pero aparecieron propuestas para que las organizaciones sindicales sean pluralistas y preserven su autonomía respecto a los gobiernos, los partidos, las creencias religiosas y las empresas, manteniéndose abiertas a los trabajadores de toda condición.

La concepción sindical vigente centraba su acción en la defensa de los afiliados, en un marco de reivindicaciones fundamentalmente económicas, y ello comenzó a ser cuestionado por los que sostenían que la organización sindical debe atender las peticiones de todos los sectores, incluso de quienes no tienen empleo, y de los no sindicalizados.

A ese redimensionamiento de la concepción sindical se lo conoció como ‘sindicalismo sociopolítico’, y explica la creación de nuevos partidos y la proyección de líderes sindicales hacia cargos de representación popular, llegando a ocupar la presidencia de la República, ministerios y cargos en los parlamentos de varios países.

Esta nueva concepción del sindicalismo suponía más exigencias técnicas y políticas para soportar esa compleja agenda; y en ese contexto se creó, en 1982, la Escuela Nacional Sindical en Colombia, que a lo largo de estas tres décadas ha prestado un valioso apoyo a las organizaciones sindicales, al movimiento social, a las organizaciones de derechos humanos, y ha tenido una notable incidencia en la búsqueda de superar la cultura antisindical heredada del Frente Nacional y reforzada por las políticas neoliberales.

En ese orden, los estudios sobre la historia del movimiento sindical se han acompañado de asesoría a organizaciones sindicales que están en proceso de negociación con las empresas, buscando hacer más técnica la preparación y tramitación de las demandas, llegando a constituir un banco de convenciones colectivas, la más completa que existe en el país.

Todo ello ha contribuido a avanzar en la modernización de las organizaciones sindicales con un mayor uso de medios informáticos, inclusión de temas de género y combate al trabajo infantil, al tiempo que se propende por la formalización, inspirada en una concepción de trabajo decente.

De hecho, la Escuela Nacional Sindical (ENS) realiza una Encuesta de Trabajo Decente, asesora a las centrales sindicales en el procesamiento de sus propuestas hacia escenarios internacionales y aporta al examen periódico universal sobre derechos humanos que hace la ONU.

En el tema de la violencia ejercida contra líderes sindicales y sus organizaciones, la ENS ha sido invitada por la Fiscalía General como entidad consultiva en el proceso de selección de casos a investigar y a hacer parte de las unidades de contexto para investigar la violencia antisindical.

Actualmente, la ENS asesora a las alcaldías de Medellín y Bogotá en la elaboración de políticas de trabajo decente.

Por Beethoven Herrera Valencia. Profesor de las U. Nacional y Externado