Las mismas avenidas que Donald Trump no logró llenar en el día de su inauguración como presidente 45 de Estados Unidos se colapsaron 24 horas más tarde, cuando más de medio millón de personas, según los organizadores, marcharon este sábado por Washington para demostrarle, desde el primer día de su mandato, que hay un Estados Unidos que no comparte su visión oscura y la agenda ultraconservadora de su gobierno y que le exige que, como presidente de todos, respete a las mujeres, las minorías, los inmigrantes y los derechos civiles. A la par que la marcha central de la capital estadounidense se celebraron decenas más en ciudades como Nueva York, Chicago, Boston, Los Angeles o Atlanta, en una protesta que también tuvo réplicas en otras partes del mundo, desde Berlín o Londres a Sydney o Ciudad del Cabo. La participación global se cifra entre 1,5 y hasta dos millones de personas.
Mujeres y hombres de todas las edades, razas, religiones y orígenes viajaron desde todos puntos de Estados Unidos, pero también desde Canadá, México o hasta Europa para participar en la Marcha por las Mujeres, la principal manifestación contra el nuevo presidente republicano y, en vista de las cifras, posiblemente la más masiva celebrada en torno a la toma de asunción de ningún presidente estadounidense de la historia.