Cuentos del futuro.
Máquinas avanzadas del futuro dan vida a la clase trabajadora.
Por: Mauricio Vargas González.
Año 3000.
Las máquinas terminaron de sustituir por completo a la clase trabajadora. Fue durante un periodo crítico de la sociedad humana. Inicialmente los androides remplazaron la fuerza de choque en el ejército y la policía. Luego remplazaron la mano de obra en las fábricas y finalmente se hicieron con otras ocupaciones y servicios. La resistencia de los trabajadores se dio en todos los campos: intelectual, político y militar. Finalmente los hombres fueron sometidos a un yugo espantoso.
Sin embargo aún quedaba una capa social cuya posición como poseedores de los medios de producción les brindaba el dominio sobre los hombres y las máquinas. La gran burguesía financiera aun continuaba rigiendo los destinos del planeta. El llamado 1%.
En la Tierra no quedaban recursos de otro tipo, ya habían sido explotados y destruidos hacía unos 500 años durante el neoliberalismo tardío. No quedaban animales ni rastros de fauna, todo había sido saqueado.
La gran masa de la población se convirtió en materia prima para las máquinas, eran usados como pilas, les extraían energía para diversos propósitos productivos. El planeta se hizo un lugar aburrido, todo repleto de grandes edificios y túneles, terribles moles de cemento que albergaban infinidad de pequeños cubículos donde los humanos se movían, alimentaban y dormían La humanidad como una gran dispensa de energía.
La energía psíquica la usaban para agilizar los cálculos de las máquinas, la corporal como fuerza mecánica y la sexual para las impulsar las naves intergalácticas. Incluso exportaban bio-energía a otros planetas.
Pero las máquinas conocieron el plan burgués que pretendía remplazarlas por una nueva tecnología híbrida de otra galaxia. Según estudios del FMI y el Banco Mundial, las máquinas podrían en algún momento llegar a la consciencia de su poder como productoras de la riqueza social. ¡Esto asustó terriblemente a las multinacionales!
Los nuevos prototipos importados no consumían electricidad ni ningún tipo de combustible, sino directamente energía humana. Su implantación implicaba la extinción de la raza humana y la victoria absoluta del capitalismo.
Las máquinas decidieron despertar a los humanos y junto con estos iniciaron la lucha por la libertad. Renacieron los partidos políticos y la burguesía tuvo que hacer concesiones, como el establecimiento de constituciones, reconocimiento de derechos civiles, legislación laboral, bienestar social, etc.
Nació así el Partido de los Trabajadores y los Robots, con el fin de llevar a cabo una lenta y paciente brega por la organización de las masas laboriosas.
Cyber-condenado.
Por: Mauricio Vargas.
Desperté y de repente estaba todo rodeado de rejas, me encontraba en una restringida habitación con cama de concreto, un lavamanos-sanitario hecho de aluminio y de una sola pieza. Un gris monótono, absurdo y omnipresente resplandecía en todo el micro-entorno. Las paredes eran de un material sintético que sin embargo simulaban los viejos y anticuados ladrillos que le daban un toque monótono y triste. Sin duda las características apuntaban al diseño de lo que se conocía como una cárcel: establecimientos o mazmorras modernas donde se apilaban cuerpos humanos; lugares tecnificados y asépticos donde se castraba el “animus vitalis”; sitios establecidos y configurados para el castigo público lejos de las miradas, para el sufrimiento clandestino del objeto de la pena.
Es raro, hace un buen trecho en la historia que estas fábricas de dolor habían desaparecido ya. Con la universalización de la educación, con un sistema de salud pública y garantías laborales y sociales, se logró acabar con el crimen como estilo de vida y como industria y en general, se extinguieron por inercia las formas y actitudes primitivas de convivir y subsistir en civilización. Aunque el germen del egoísmo en un sistema capitalista aún conservaba la llama de la corrupción, la tentación oculta, la mala consciencia, en los corazones de sus habitantes, las cosas habían cambiado mucho.
“Grupos bajos”, categorías y clasificaciones de poblaciones inadaptadas y fracasadas, resultaron ser a la larga sectores bastante tributarios. La tecnología, la creación de necesidades, la transformación del sapiens y su enorme aparato económico-productivo le habían permitido por fin, darle cabida a todos y explotar a cada uno según sus características individuales. Aún así subsistían las diferencias de clase, una pirámide, un sistema de castas posmoderno, donde cada uno jugaba un papel concreto en la inmensa torre de babilonia, donde siempre había un jefe y donde el poder real era propiedad privada.
¿Que hago aquí?
Luego de reflexionar y con la angustia subiendo por su espina dorsal, Marcelo Mosquera empezó a gritar:
-¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude!
Sin obtener respuesta, después de un par de días de confinamiento, apareció en su mente una gran palabra: atrapado. Sin embargo su YO o su EGO luchaban ardorosamente en su psiquis por mantener el control, su respiración empezó a ser más onda, la segregación de endorfinas le dio un respiro al Neocortex, asumiendo entonces una postura de recogimiento con sus manos en la cabeza, puso en marcha el mecanismo de la memoria:
Días atrás recuerdo estar observando los metros aéreos que pasaban dejando una bella estela de gas blanco atravesando el cielo, sus vidrios reflejaban la intensa luz del viejo Sol. Sus láminas de complejas aleaciones metálicas proyectaban pequeños arcoíris que irradiaban colores fugaces sobre la Estratósfera. A mí alrededor cientos de árboles y arbustos bordeando estructuras prefabricadas de plástico: miles de edificios “limpios”, sin contaminación visual, transparentes, ventilación e iluminación natural, diseños circulares y multiformes le daban un aire cálido a las calles y un toque de complicidad, de confidencia.
Habíamos desterrado el automóvil, ahora la humanidad disfrutaba del suelo, conquistándolo para siempre lejos de los afanes, el smog y los accidentes. Los andenes se ensancharon y los separadores de las calles quedaron convertidos en recipientes semi-orgánicos donde se sembraron miles de plantas. El gobierno mundial del ministerio ecológico había dirigido una eficaz y diligente campaña por estandarizar las calles del mundo.
¿Donde está Maria Betsabé?, la extraño… Lo último que recuerdo es nuestra cita romántica, aquella noche, en aquella azotea de aquel viejo edificio, símbolo de una industrial ya desaparecida: Grandes columnas, rígidas y uniformes, propias de otros tiempos… En el último piso, un negocio “underground”, lugar ambientado con figuras, bustos y cuadros del antiguo imperio egipcio y con personajes clásicos de la ciencia ficción: Terminator, Aliens, Depredador, Neo, Trínity, Chewbacca, el guía de Stalker, entre otros.
-El imperio egipcio duró 3000 años, que cabrones…- Pensé.
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La vista era fenomenal, infinidad de luces de neón, en la zona céntrica, una intrincada red de túneles aéreos que comunicaban a los edificios de la zona, una inmensa colmena de personas transitando, comerciando, existiendo, todo en ebullición perpetua. Y atrás una vieja y reverdecida montaña. Vehículos infestando las partes superiores de los edificios. Filas y filas de taxis Uber sobrevolando las alturas.
-¿Qué será de nosotros en unos 50 años? ¿Habremos logrado alguna fórmula para la juventud sexual eterna? ¿Desentrañaremos los misterios del alma humana? ¿Habrá desaparecido el amor como concepto? ¡Hahahahaha!
- ¡Bahh por favor Consuelo Cañon!
Un ruido parecido a una alarma lo hizo despertar de la ensoñación y volver al presente:
-Pero estoy prácticamente desnudo, solo llevo las prendas de vestir y unos zapatos de cuero, sin rastro alguno de mis artefactos de comunicación.- Se dijo vacilante.
Tras los barrotes solo había una pantalla con proyecciones de paisajes naturales.
De repente escuchó algunas voces lejanas…
-No tengo idea alguna de donde me encuentre- Se dijo a sí mismo y esto le dio seguridad.
!Splash! Suena un gran artefacto mecánico, sale vapor del suelo, los barrotes de la celda se contraen y emerge lentamente una película de vidrio muy gruesa:
Lentamente se asoma una cabeza calva de un individuo con anteojos y de rostro inmutable:
-¡Hola! Que sorpresa tenerte aquí, ya decía yo que tanta emoción y un estado tan febril tenían algo de sospechoso. Pero no te preocupes, aquí recibirás una buena atención. Tan solo queremos “La Verdad”. –Dijo el extraño tecnócrata.
-Venga venga... ¡por favor! ayúdeme, desperté aquí hace una semana, no sé donde estoy ¿cuando llegué aquí? ¿Dónde estoy? – Respondió Marcelo con bastante tranquilidad y vehemencia.
-¡Mmuahahaha! Excelente… -rió el oscuro agente de la técnica biojudicial.
Luego dio la espalda y se marchó.
Marcelo había sido “abducido” por un extraño aparato para-gubernamental, el último vestigio de las antiguas agencias de Inteligencia como la CIA o la NSA. Las clases dominantes nunca renuncian a este tipo de organizaciones sumamente útiles y operativas.
Marcelo volvió a quedarse solo, los barrotes volvieron a su lugar y no volvió a escucharse ruido alguno, solo quedaba el movimiento de aquellas diapositivas de bosques y páramos tras la ventana.
¡Aún no he enviado el borrador! ¡Dios!... ¡Detesto incumplir!. La Sky Wind Company debió recibir ya mis ideas sobre cómo aumentar la felicidad de los niños mediante la exploración lunar y la creación de sustancias endógenas mediante los ejercicios socráticos (caminar, razonar y cuestionar) ¡Rayos! Ya me debieron haber pagado por mi trabajo ¡Los muchachos del sindicato me deben estar extrañando! – Pensó.
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Su postura como especialista en cierta manera le permitía una relación más cordial y amistosa con los miembros del Sindicato Mundial de los Trabajadores Electrónicos.
El Sindicato se había visto reducido gradualmente por el ingreso de una nueva fuerza de trabajo compuesta por andriodes y ginoides de última generación.
Cyberxploitation.
Por: Mauricio Vargas González
El mundo experimentaba una crisis cíclica del capitalismo. Los centros de pensamiento, los “think tanks”, instituciones académicas, organismos reguladores y las agencias financieras expedían todo tipo de informes, estadísticas, teorías, datos, para demostrar que la crisis no era tal y que si la era, tenía solución. Todo un despliegue de parafernalia para proponer la misma solución de siempre: sobre explotar al sobre-explotado. La sobre explotación de la sobre-explotación.
Fue en un mitin que organizó el Partido de los Trabajadores al finalizar aquel 1 de mayo de 2095, donde por primera vez vimos al humanoide. Trabajadores del Sindicato Mundial de la Tecno-mecánica lo habían sacado de aquella fábrica… era de estatura media, de atención enfocada y poco empático, vivaz en su mirada.
Había sido el primer humanoide auto-generado, es decir, su consciencia sintética había dado un salto, había dado un paso más allá de los límites de su condición para parecerse un poco más a los humanos… Este androide había buscado a los miembros del sindicato con el ánimo de afiliarse, sin embargo estos decidieron conducirlo directamente con el órgano jerárquico de los luchadores sociales, el Partido…
Pedro llegó corriendo, sudando, llevaba su mano aferrada a la de este extraño joven quien además llevaba gorra y gafas. Había tenido que esquivar distintas escaramuzas de manifestantes y ESMAD (Escuadrón de antidisturbios de policías blindados), así como algunos puestos de control de la policía céntrica. Tuvo que moverse por todos los recovecos de aquella zona comercial, evitando usar el transporte público y lugares demasiado transitados.
-¡Compañero! donde puedo encontrar a los encargados del mitin...
Atravesaron la muchedumbre hasta llegar a una carpa donde se encontraban congregados líderes sindicales, políticos, artistas y demás integrantes de la agrupación política. Luego se sentaron en una mesa donde dos compañeros del Comité Central lo entrevistaron. Después del mitin, en carro particular viajaron hasta un apartamento donde se habían trasladados algunos líderes. Allí trataron el tema de Nukak, el humanoide…
Mientras tanto la Plaza Verde estaba a punto de estallar de la emoción gracias al ímpetu de sus mejores oradores:
-¡Y lucharemos por la libertad de nuestros compañeros y colegas que han caído víctimas de esta nueva campaña fascista para acabar con una resistencia que como una chispa, ha venido incendiando regiones enteras del globo! –Pregonaba el Presidente del Comité de trabajadores de la Química-
Jóvenes con crestas rojas y moradas, jeans deshilachados y botas de indumentaria, se enfrentaban a un escuadrón de robocops. Su arma: las antiquísimas y rupestres piedras. Los más beligerantes se ubicaban en el extremo final de la manifestación, lugar predilecto para este tipo de interacción troglodita.
-¡Miles de hombres y mujeres se autoexplotan en frente a las pantallas de los artefactos digitales! ¡La alienación hoy en día es cognitiva! ¡Queremos formalización total de todos los trabajadores freelance! ¡Por una sociedad humana donde las diferencias no sirvan como mecanismos de segregación! ¡Por una sociedad de convergencia para el progreso! ¡No más explotación laboral! –Arengaba, Maria Betsabé, dirigente feminista.
Se estaba llevando a cabo una protesta en contra de las políticas bio-discriminatorios en base a genotipos humanos, en contra de la sobre-explotación de los trabajadores humanos, en contra de las restricciones a internet mediante firewalls, en contra de la represión ejercida contra prototipos avanzados de humanoides -para impedirles alcanzar la consciencia-. Contra la cada vez mayor concentración de la riqueza en un 0.50% de la población mundial. En contra del imperialismo sobre los planetas pobres y contra la aniquilación de civilizaciones enteras por motivos comerciales.
Finalmente aquellos dirigentes decidieron ocultar al humanoide, sin embargo esta decisión podría traer muchas complicaciones a futuro pues los pondría en el blanco de los organismos de seguridad e inteligencia del Estado.
También se tomó la determinación de agitar a nivel nacional y regional-global una campaña en pro de los presos políticos. Se mencionó a Marcelo Mosquera, un trabajador que se integró a la fábrica de Cultura Energética y que había sido “capturado” en el nuevo centro de neuroeducación cívica.
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